Por Sebastián Di Domenica (+ IA). Argentina cuenta con un potencial significativo para posicionarse como un
referente regional en el campo de la robótica. Con un ecosistema de economía del conocimiento en constante crecimiento y polos tecnológicos establecidos en Buenos Aires, Córdoba y Rosario, el país ha demostrado su capacidad para desarrollar soluciones avanzadas en software y hardware que podrían impulsar la innovación robótica.

La tradición industrial automotriz argentina representa un diferencial estratégico para insertarse en la cadena de valor de la robótica internacional. Con más de 60 años de experiencia en la producción de vehículos y autopartes, el país cuenta con infraestructura instalada, cadenas de suministro consolidadas y mano de obra altamente calificada en procesos como ensamblaje de precisión y soldadura robotizada. Esta base industrial podría adaptarse rápidamente para la fabricación y ensamblaje de componentes robóticos.

Las alianzas con potencias asiáticas como China, Japón, Corea del Sur u otros países complementarios se presentan como una oportunidad crucial para el desarrollo robótico argentino. Estos países lideran el avance tecnológico mundial en robótica tanto en hardware como en inteligencia artificial aplicada, e invierten miles de millones en investigación y desarrollo. Argentina podría complementar estas fortalezas aportando talento en software, diseño de interfaces y entrenamiento de modelos de robots con IA, para aspirar a una sinergia productiva con beneficios mutuos.

Paralelamente, los convenios estratégicos con países vecinos como Brasil y Chile permitirían desarrollar una red sudamericana de innovación robótica. Brasil cuenta con avances significativos en robótica educativa y Chile ha progresado notablemente en aplicaciones para la minería. La cercanía geográfica y los lazos culturales facilitarían intercambios académicos y transferencia tecnológica, creando un ecosistema regional con estándares comunes y productos adaptados a las necesidades específicas del Cono Sur.

Robots e industria local

El potencial exportador de Argentina en este sector es considerable. Si el país logra posicionarse como un centro de ensamblaje de robots, podría liderar el abastecimiento en América Latina, un mercado donde la demanda de tecnologías robóticas crecerá exponencialmente en los próximos años y donde pocos países están preparados para fabricarlas. Esta ventaja estratégica permitiría a Argentina diversificar su matriz exportadora con productos de alto valor agregado.

La reconversión de la industria automotriz hacia la robótica es técnicamente viable. Muchas de las partes que componen los robots modernos, como chasis, actuadores y sensores, utilizan procesos de fabricación similares a los de las autopartes tradicionales. Las plantas automotrices existentes podrían transformarse gradualmente en laboratorios de innovación para el desarrollo e implementación de soluciones robóticas que posteriormente se extenderían a otros sectores industriales.

Para materializar este potencial, Argentina necesita articular una política de Estado que combine incentivos fiscales, inversión público-privada y acuerdos de transferencia tecnológica internacional. El modelo ideal combinaría la experiencia asiática en robótica de vanguardia con la integración sudamericana para crear un polo robótico con identidad regional pero conectado globalmente. Las universidades nacionales deberían jugar un papel central, para formar profesionales especializados y desarrollar investigación aplicada en colaboración con la industria.

El momento actual representa una oportunidad histórica para que Argentina se posicione estratégicamente en un sector tecnológico con proyección exponencial. La convergencia de su tradición industrial, talento en tecnologías digitales y potencial de cooperación internacional podría transformar al país en un jugador relevante en el tablero mundial de la robótica, y generar empleo de calidad, para atraer inversiones y consolidar su liderazgo regional en industrias del futuro.

Entrenar robots en Argentina 

Además, el desarrollo de la robótica en Argentina permitirá generar nuevas áreas de trabajo altamente especializadas, como la del entrenamiento de robots para tareas puntuales adaptadas a cada empresa o actividad productiva. Este campo emergente, que combina programación avanzada, diseño de experiencias y conocimiento sectorial específico, representa una oportunidad laboral de alto valor agregado para profesionales argentinos. En este sentido, ya existen pioneros nacionales como el empresario y periodista Mario Pergolini, quien desde su firma tecnológica está trabajando activamente en el entrenamiento de robots y sistemas automatizados, demostrando que Argentina no solo puede adoptar tecnologías robóticas, sino también crear metodologías propias para su implementación efectiva en contextos locales y regionales.