Por Sebastián Di Domenica. La inteligencia artificial ha cambiado la industria del cine y las series de televisión de manera exponencial. La nueva tecnología multiplica las posibilidades de creación de efectos visuales espectaculares y facilita el desarrollo de guiones o el análisis de audiencias. 

Esta revolución tecnológica no solo reduce costos de producción, sino que también democratiza la posibilidad de hacer ficciones de alta calidad y así amplía oportunidades para productores alejados de Hollywood, que antes estaban imposibilitados por cuestiones presupuestarias. Al mismo tiempo a su vez la misma industria afrontará en el nuevo escenario importantes desafíos laborales y éticos.

Todos miran El Eternauta 

La producción argentina de la serie "El Eternauta" se ha convertido en un caso paradigmático, mencionado por las autoridades de Netflix, de cómo la inteligencia artificial puede transformar la industria audiovisual. Con un presupuesto de 15 millones de dólares, esta serie logró estándares de producción internacional que tradicionalmente habrían requerido inversiones mucho mayores, inalcanzables para priductores de Argentina. Y fue un verdadero éxito de audiencia global. La IA permitió crear efectos visuales complejos, desde la destrucción realista de edificios porteños hasta entornos fantásticos, a una fracción del costo convencional (una décima parte, según detallaron en Netflix).

Comparado con producciones internacionales como "The Crown" o "Stranger Things", cuyos presupuestos superan ampliamente los 100 millones de dólares por temporada, "El Eternauta" demuestra cómo países con menores recursos pueden competir en el mercado global en plataformas. Esta democratización representa un cambio fundamental en la geografía de la producción audiovisual, en la que la creatividad y la tecnología pueden compensar las limitaciones presupuestarias tradicionales.

El impacto de la IA se extiende a múltiples etapas de la producción cinematográfica. Desde la generación automatizada de guiones hasta el doblaje sintético y el análisis predictivo de preferencias de audiencia, la tecnología redefine los procesos creativos. Los algoritmos pueden ahora personalizar contenidos, optimizar narrativas según datos de consumo y crear efectos visuales que antes requerían equipos enormes y meses de trabajo.

¿Menos puestos o al revés?: desafíos de la IA en el cine

Aunque la IA multiplicará proyectos audiovisuales (que antes no se podían hacer) y a su vez generará múltiples nuevas áreas de trabajo de producción que antes no existían (aquellas ligadas al manejo y desarrollo de la IA), esta revolución tecnológica genera tensiones laborales significativas. La automatización de ciertos procesos reduce la demanda de algunos trabajadores de áreas como efectos visuales, edición y producción. La eficiencia que aporta la IA, si bien beneficiosa para los costos, plantea interrogantes sobre el futuro de muchos profesionales cuyas habilidades podrían volverse obsoletas. ¿Tendrán que reconvertirse para trabajar en esas nuevas áreas necesarias que imponga la IA?

Actores y guionistas de Hollywood 

La huelga de 2023 de actores y guionistas en Hollywood ilustra perfectamente estos conflictos. Los trabajadores creativos lucharon por proteger sus derechos de autor y obtener garantías sobre el uso de sus imágenes y voces en producciones digitalizadas. El debate central gira en torno al consentimiento y la compensación justa cuando la IA replica o utiliza el trabajo humano sin autorización explícita.

La necesidad de regulación se vuelve cada vez más urgente. La industria debe encontrar un equilibrio entre aprovechar las ventajas económicas y creativas de la IA y proteger los derechos laborales de los trabajadores. Esto incluye establecer marcos legales claros sobre propiedad intelectual, compensación por uso de imagen y voz, y garantías de empleo en la transición tecnológica.

"El Eternauta" representa tanto las oportunidades como los desafíos de esta nueva era audiovisual. Su éxito demuestra que la IA puede democratizar la producción de alta calidad, y permitir que historias locales compitan globalmente. No obstante, también evidencia la necesidad de abordar las implicaciones éticas y laborales para asegurar que esta revolución tecnológica beneficie a toda la industria de manera justa e inclusiva.

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Fuente de información: columna de Sebastián Di Domenica en Canal E