Por Sebastián Di Domenica. El anuncio del proyecto Stargate Argentina, impulsado por OpenAI (que el mismo Sam Altmann hizo público a través de un video) y la empresa local Sur Energy, ha generado un intenso debate en el país. Se trata de una iniciativa sin precedentes: la construcción de un megacentro de datos en la Patagonia, dedicado al desarrollo y operación de inteligencia artificial a gran escala, con una inversión estimada de más US$ 20.000 millones. El proyecto, que forma parte de la estrategia global de OpenAI para crear infraestructura de IA en distintos países (aunque OpenAI en este caso sería el cliente), plantea la promesa de convertir a Argentina en un nodo en tecnología IA. ¿Pero será realmente así? ¿Qué riesgos plantea?
El lanzamiento fue celebrado por sectores tecnológicos, que destacan su potencial para posicionar al país en el mapa global de la IA. Sin embargo, más allá del entusiasmo inicial, expertos, ambientalistas y economistas advierten sobre los riesgos y limitaciones de un proyecto de esta magnitud. Para entender su verdadero impacto, es necesario analizar tanto sus ventajas como sus posibles consecuencias negativas.
A continuación un listado con puntos a favor, pero también los puntos en contra:
Cinco puntos a favor del proyecto Stargate Argentina
1.Inversión multimillonaria
Stargate Argentina representa la mayor inversión en infraestructura tecnológica del país, con un monto de US$ 25.000 millones. Traerá al país un hardware con relación a la inteligencia artificial, que hoy no está disponible en la región, y cuya cercanía podría (se debe remarcar el potencial del verbo) beneficiar desarrollos tecnológicos locales.
2.Promesa de uso de energías renovables
El mega centro de datos se proyecta con fuentes energéticas eólicas y solares (además de las tradicionales), lo que lo alinea con los discursos de transición energética y sostenibilidad. Esto podría servir para ampliar y promover el uso de energías limpias.
3.Innovación y startups locales
Argentina se convertiría en el primer país de América Latina en albergar un nodo de la red Stargate, lo que le otorgaría un lugar destacado en el ecosistema de infraestructura global de IA. Si hay promoción desde el estado, podría (nuevamente se debe remarcar el potencial del verbo) ser un factor beneficioso para la creación de nuevas startups tecnológicas del país.
4.Generación de empleo (principalmente en la construcción)
Durante su construcción principalmente y para su operación, se espera que el proyecto beneficie la creación de muchos empleos directos e indirectos. Esto podría dinamizar la economía local, especialmente en la Patagonia.
5. Exportaciones digitales
El funcionamiento del proyecto dinamizará un flujo constante de exportaciones digitales. Aún con la reducción impositiva que ofrece el RIGI para los inversionistas, se espera a largo plazo que las exportaciones digitales puedan beneficiar al país.
Cinco puntos en contra del proyecto Stargate Argentina
1.Excesivo acercamiento con Estados Unidos
El proyecto profundiza la influencia de Estados Unidos en Argentina, en perjuicio de posibles acuerdos con China u otros socios estratégicos y comerciales como Brasil. Esto podría generar tensiones diplomáticas y económicas, especialmente en sectores con proyectos clave como la energía y la tecnología. Además, se cuestiona si esta alianza limita la autonomía argentina en políticas tecnológicas y energéticas (hasta donde llegará la injerencia de Estados Unidos, en el manejo de nodos que serán claves en las estrategias económicas o bélicas por venir).
2.Baja generación de empleo de calidad
Aunque se prometen miles de empleos, los centros de datos son altamente automatizados y requieren poca mano de obra una vez en funcionamiento. Centros de datos para la IA que ya funcionan en otros países indican que generan muy poco empleo en relación a la inversión, y muchos de los puestos son temporales.
3.Excesivo consumo de agua en una zona con escasez
Los centros de datos demandan enormes cantidades de agua para refrigerar sus servidores. En la Patagonia, donde ya existen conflictos por el acceso al agua, esto podría agravar la situación, especialmente en un contexto de sequías recurrentes y cambio climático. Aunque se buscará reutilizar el agua del centro de datos, organizaciones ambientalistas advierten que el proyecto podría priorizar el uso de recursos hídricos para sus operaciones, en detrimento de las comunidades locales.
4.Mínima recaudación impositiva por 30 años
El RIGI (Régimen de Incentivo de Grandes Inversiones) otorga exenciones fiscales totales o parciales durante tres décadas, lo que significa que Argentina recibirá muy pocos impuestos por esta inversión multimillonaria. Esto reduce la capacidad del Estado para financiar servicios públicos y desarrollo social, mientras las ganancias se repatrian al exterior. Además, el régimen prohíbe a provincias y municipios imponer nuevos gravámenes, limitando aún más la recaudación local.
5.Riesgo de extractivismo digital y bajo retorno para el país
El proyecto es criticado como una nueva forma de extractivismo: se extraen recursos naturales (energía, agua, territorio) y se exportan servicios digitales, pero la mayor parte de la ganancia queda en manos de corporaciones extranjeras. Argentina vendería energía barata para alimentar los data centers, mientras OpenAI y sus socios se benefician de la infraestructura, dejando al país con una participación mínima en la cadena de valor. Expertos comparan este modelo con el de la minería o el petróleo: grandes inversiones con bajo retorno local y alto impacto ambiental.
¿Oportunidad o riesgo?
El proyecto Stargate Argentina es, sin duda, una iniciativa ambiciosa que podría reconfigurar el escenario tecnológico del país. Sin embargo, su éxito no debe medirse solo por la inversión que requiere, sino por su capacidad para generar beneficios reales y sostenibles para la población. Los riesgos de dependencia geopolítica, impacto ambiental y bajo retorno económico obligan a analizarlo con una mirada crítica.
Mientras el gobierno y el sector tecnológico celebran el anuncio, es fundamental que la sociedad, los expertos y los legisladores evalúen si este proyecto realmente contribuirá al desarrollo nacional o si, por el contrario, reproducirá un modelo de crecimiento desigual, donde las ganancias se concentran en pocos y los costos los asume el conjunto de la población.