La inteligencia artificial (IA) está transformando la gestión urbana a nivel global, ofreciendo soluciones innovadoras para los desafíos que enfrentan las ciudades modernas. Desde camiones autónomos en Dallas hasta chatbots versátiles en Buenos Aires, ciudades de todo el mundo están implantando la IA generativa para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Esta revolución tecnológica promete eficiencia, sostenibilidad y servicios más personalizados para millones de ciudadanos.
En el ámbito de la gestión pública, la IA brinda eficiencia al optimizar procesos administrativos y reducir significativamente los tiempos de respuesta a los vecinos. Las ciudades inteligentes promueven la transparencia y la eficiencia a través de la digitalización de los servicios públicos y la implementación de soluciones de administración electrónica, simplificando procedimientos que antes requerían múltiples trámites presenciales. Esta modernización permite que los gobiernos locales destinen recursos humanos a tareas de mayor valor agregado, mientras que los sistemas automatizados se encargan de procesos rutinarios.
La movilidad urbana representa uno de los campos donde la IA muestra mayor potencial transformador. Los sistemas inteligentes permiten mejorar el tránsito urbano ajustando dinámicamente la infraestructura vial según las condiciones en tiempo real. Fue la Universidad de Aston en el Reino Unido, que desarrolló un software de inteligencia artificial que, por medio de aprendizaje automático, analiza imágenes de las cámaras de tráfico en tiempo real y modifica el comportamiento de los semáforos. Esta tecnología reduce la congestión vehicular y contribuye a un entorno urbano más sustentable.
La implementación de semáforos inteligentes ejemplifica cómo la IA puede revolucionar la infraestructura urbana. Estos sistemas usan tecnologías como sensores, inteligencia artificial y el Internet de las Cosas para adaptarse en tiempo real a las necesidades del tránsito, ajustando sus ciclos según el volumen de vehículos. En Argentina, ciudades como Rosario están avanzando con licitaciones para adquirir estos dispositivos que incorporan sensores y cámaras, permitiendo optimizar los tiempos de luz verde y generar datos valiosos sobre patrones de tráfico.
Los beneficios ambientales de la IA urbana son significativos y medibles. Al reducir la congestión vehicular mediante una gestión inteligente del tráfico, la tecnología contribuye a minimizar la contaminación ambiental y mejorar la calidad del aire en las ciudades. Los semáforos adaptativos no solo disminuyen los tiempos de espera, sino que también reducen las emisiones de CO2 al evitar que los vehículos permanezcan detenidos innecesariamente. Además, la IA incrementa la seguridad vial mediante análisis predictivos de datos que identifican zonas de riesgo y optimizan las condiciones de circulación.
La planificación urbana se ve potenciada por la capacidad de la IA para integrar y analizar grandes volúmenes de datos de diversas fuentes. Esta tecnología permite una planificación más precisa y adaptable, anticipando necesidades futuras y optimizando el uso del espacio urbano. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ha incorporado la tecnología de Microsoft Azure Open AI en su chatbot Boti para mejorar la experiencia de los ciudadanos y turistas, ofreciendo servicios personalizados y planes adaptados a las necesidades individuales.
El desarrollo de marcos regulatorios adecuados se presenta como un desafío crucial para el aprovechamiento responsable de la IA en las ciudades. Rosario está a la vanguardia en este aspecto, avanzando con una ordenanza municipal para regular el uso de la inteligencia artificial en la administración pública. Esta normativa enfatiza la necesidad de supervisión humana en todas las acciones con IA en el sector público municipal, evitando sistemas totalmente autónomos y priorizando la protección de la privacidad de los datos ciudadanos, especialmente en la interacción con chatbots.
La inversión en IA para gobiernos locales representa una apuesta a largo plazo con beneficios tangibles en eficiencia y sostenibilidad. Esta tecnología fomenta la colaboración público-privada, acelerando el desarrollo de proyectos innovadores que antes requerían años de implementación. La IA abre la posibilidad de ofrecer servicios públicos más personalizados y accesibles para la ciudadanía, desde atención médica predictiva hasta sistemas de transporte adaptativo. El futuro de las ciudades inteligentes dependerá de la capacidad de los gobiernos para integrar estas tecnologías de manera ética, transparente y centrada en las necesidades reales de sus habitantes.
Semáforos inteligentes: idea y desarrollo
Los semáforos inteligentes fueron desarrollados en la Universidad de Aston en el Reino Unido. Esta universidad ha creado un software de inteligencia artificial que analiza imágenes de cámaras de tráfico en tiempo real y modifica el comportamiento de los semáforos para optimizar el flujo vehicular y reducir la congestión y la contaminación ambiental. El sistema utiliza aprendizaje reforzado, lo que le permite mejorar su desempeño con el tiempo.
Además, otros países como Alemania también están trabajando en semáforos inteligentes que utilizan inteligencia artificial y cámaras de alta precisión para adaptarse a los flujos de tráfico y detectar la velocidad media de los usuarios. Estos sistemas tienen el potencial de reducir significativamente el tiempo invertido en realizar trayectos urbanos y mejorar la seguridad vial.