En un mundo marcado por la vertiginosa aceleración tecnológica, la consultora internacional de negocios y experta en transformación digital, Ingrid Toppelberg, ofreció una perspectiva crucial sobre los nuevos escenarios laborales, empresariales y las habilidades humanas que se vuelven indispensables. La entrevista tuvo lugar en el programa "Mañana inteligente" (AM 770 Radio República y YouTube), conducido por Sebastián Di Domenica y Maximiliano Casalía.
Toppelberg, con una visión optimista, enfatizó que la principal transformación que deben asimilar tanto trabajadores como empresarios es que "el cambio ahora no es un evento y después terminé de cambiar. El cambio ahora es constante". Esta nueva realidad requiere que las personas modifiquen su mentalidad para operar bajo una gran incertidumbre y adaptarse con rapidez, ya que "el concepto de estabilidad como existía hasta hace poco no existe más".
La consultora, que ha trabajado en la prestigiosa firma McKinsey, subrayó que el patrón de cambiar de trabajo cada dos años no es lo único que se acelera. Lo más relevante es que "las habilidades que necesitas van cambiando todo el tiempo y las habilidades que necesitan las organizaciones van cambiando también". Por lo tanto, considera que "la habilidad más grande que tenemos que desarrollar hoy es aprender rápido y adaptarnos".
Para enfrentar este entorno, Toppelberg aconseja desarrollar una "cultura y una filosofía de aprendizaje constante". Esto no se limita a la formación académica inicial, sino que implica actualizarse continuamente, experimentar, y no tener miedo a cometer errores: "No solo es leer un libro, es poner las cosas en práctica, errar y mejorar".
La experta señaló que el aprendizaje está en manos de cada individuo a lo largo de su vida, y en estos tiempos es muy importante la autogestión del conocimiento: "Hoy tenés la capacitación que se te ocurra online, y muchas veces gratis. Entonces también depende de vos de estar dispuesto a salir a buscarla". Remarcó que eso implica perder el miedo a tecnologías y herramientas como Gemini o ChatGPT, para ponerlas al servicio de nuestros objetivos.
Toppelberg también mencionó su libro, "Líder IA: cómo sobrevivir y prosperar en el futuro del trabajo", donde aborda las cualidades que la IA no puede replicar. La tecnología automatiza tareas repetitivas, pero deja en manos de los humanos el "pensamiento crítico: que evalúa qué es lo que hay que hacer o lo que no hay que hacer", la "agilidad emocional para conectarte con los compañeros" y la "innovación", ya que "la IA puede combinar cosas que ya existen, pero no pueden crear algo nuevo".
En cuanto al rol de las empresas en la transición, la consultora alertó sobre un estudio de MIT que señala que "el 95% de las implementaciones de inteligencia artificial en empresas grandes está fallando". Esto se debe a que no se está trabajando en la cultura organizacional, sino solo en la tecnología. "Nada va a cambiar si la gente no lo acepta", sentenció.
Finalmente, Toppelberg brindó un mensaje esperanzador y de acción, instando a la audiencia a "perder el miedo y empezar a aprender", y a usar la inteligencia artificial como una herramienta para investigar y formarse, siempre utilizando el juicio y el análisis propio.
El criterio humano reforzado por la IA
Toppelberg en la charla reveló su propio método para generar conocimiento rápido en la era de la IA, lo cual refuerza el papel del criterio humano. Contó que, ante un requerimiento de opinión sobre un tema del que no era experta, utilizó cuatro motores de inteligencia artificial diferentes: ChatGPT, Gemini, Perplexity y Claude.
Explicó que no tomó la primera respuesta como verdad absoluta, sino que realizó un "careo" entre los diferentes chats de IA, para comparar, chequear y evaluar sus resultados. "Hice un trabajo de investigación con la ayuda de la IA", comentó. El proceso le permitió formarse una opinión informada, y destacó la importancia de "utilizar juicio y criterio propio".
La consultora reiteró que la IA automatiza tareas repetitivas, pero deja en manos de los humanos el "pensamiento crítico", la "agilidad emocional" y la "innovación". Por ello, sentenció que las habilidades humanas seguirán siendo fundamentales.
